En el marco del 50° Congreso de SOCHIPA, especialistas de reconocida trayectoria internacional profundizaron en los desafíos y transformaciones que marcarán el desarrollo del sector porcino y avícola. Desde nuevas oportunidades para valorizar subproductos y avanzar hacia modelos de economía circular, hasta prácticas innovadoras para enfrentar la resistencia antimicrobiana, sus visiones aportan una mirada estratégica sobre el futuro de la producción sustentable.

En estas entrevistas exclusivas, los expertos analizan las prioridades que deberá abordar la industria en los próximos años, así como las oportunidades que se abren para Chile en materia de sostenibilidad, bioseguridad y gestión sanitaria.

Entrevista Dra. Nora Restrepo-Sánchez, Profesora Instituto Química, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Antioquia (Colombia)

Especialista en química ambiental, química verde y síntesis orgánica. Lidera el Grupo Interdisciplinario de Estudios Moleculares (GIEM), enfocado en soluciones sostenibles para la valorización de biomasa y subproductos agroindustriales bajo un enfoque de economía circular.

¿Cuál fue la idea central de su presentación respecto a innovación, rentabilidad y sostenibilidad?

Que los residuos no deben verse como un problema, sino como una fuente de valor. La sostenibilidad puede ir de la mano con la productividad, y Chile tiene condiciones muy favorables para ello: un sistema de producción ordenado, con altos estándares y articulado a mercados exigentes. Ese entorno abre una gran oportunidad para desarrollar soluciones que transformen residuos en nuevos productos y beneficios económicos.

-¿Qué oportunidades existen para que Chile avance en la valorización de subproductos animales?

Aunque regulaciones y percepciones culturales aún limitan su uso, técnicamente muchos subproductos tienen calidad suficiente incluso para aplicaciones farmacéuticas. En un país con suelos pobres en carbono, estos materiales pueden convertirse en fertilizantes que reduzcan la dependencia de importaciones. Además, hay un gran potencial de alianzas con industrias que ya transforman cáscaras, membranas, huesos y tejidos en productos de alto valor.

-¿Cuáles son las principales barreras para escalar estas soluciones en el sector porcino?

La barrera cultural es profunda. Se requieren modelos de negocio, estudios de factibilidad y mayor articulación entre ciencia e industria. Ya existen ejemplos en India, Brasil y Estados Unidos que demuestran que estas tecnologías avanzan rápido y son adoptables.

-Desde una mirada estratégica, ¿cuál debería ser la prioridad en sostenibilidad para los próximos años?

La gestión de olores y la captura de emisiones -en especial amoníaco- deberían estar al centro. No solo reducen impactos ambientales, sino que permiten transformar estos compuestos en insumos agrícolas. Es una oportunidad concreta de avanzar hacia una economía circular aplicada al sector.

– ¿Cómo puede contribuir la colaboración latinoamericana a acelerar esta transición?

La colaboración latinoamericana puede jugar un rol clave, particularmente si se orienta a fortalecer la sanidad como base de cualquier estrategia de sostenibilidad. Trabajar juntos en la armonización de estándares sanitarios, el intercambio de buenas prácticas y la coordinación regulatoria ayudaría a reducir riesgos, mejorar la competitividad y, sobre esa base, escalar soluciones sostenibles de manera más ordenada y efectiva para toda la región.

Entrevista Dr. Randall Singer, Profesor, Universidad de Minnesota (Estados Unidos)

Médico Veterinario y PhD, profesor del Departamento de Ciencias Veterinarias y Biomédicas. Especialista en resistencia antimicrobiana, ha desarrollado modelos de transmisión, análisis de riesgo y estrategias para reducir bacterias resistentes y fortalecer la seguridad alimentaria.

– ¿Cuál fue el mensaje central de su presentación?

Que los antibióticos son necesarios para prevenir, controlar y tratar enfermedades en aves, pero cada uso genera presión que puede seleccionar bacterias resistentes. El desafío es usarlos responsablemente: “tan poco como sea posible, tanto como sea necesario”, sin comprometer el bienestar ni la salud animal.

– ¿Qué prácticas de manejo han demostrado ser más efectivas para reducir la propagación de resistencia?

Respetar estrictamente dosis e indicaciones, cumplir los periodos de retiro, reforzar la bioseguridad y priorizar la prevención de enfermedades. Prevenir siempre implica menos uso de antibióticos que tratar. También es clave equilibrar productividad y salud pública, apoyándose en análisis de laboratorio, datos compartidos y sistemas integrados de decisión.

-¿Qué oportunidades ve para Chile en estrategias de control de resistencia en aves y cerdos?

Chile ya trabaja bajo un enfoque integrado de salud animal, humana y ambiental. Fortalecer laboratorios, conectar sistemas y abrir datos permitirá reducir riesgos y mantener la eficacia de los antibióticos. Chile tiene condiciones favorables para convertirse en referente regional.

-¿Qué rol cumple la comunicación del riesgo con productores y consumidores?

Un rol fundamental. Muchos consumidores creen que los animales no deberían recibir antibióticos, pero cuando enferman es necesario tratarlos. Explicar el uso responsable fortalece la confianza pública y la seguridad alimentaria. El objetivo no es prohibir, sino usar bien y proteger su eficacia.