Con el gran objetivo de establecer una estrategia integral para hacer frente a los desafíos del Cambio Climático y lograr que aumenten su resiliencia aquellos sectores más vulnerables como el silvoagropecuario, fue que entre 2020 y 2023 el Ministerio de Agricultura de Chile (Minagri) con el apoyo del Fondo Verde para el Clima (FVC) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) elaboraron el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático del Sector Silvoagropecuario (PANCC SAP), siguiendo las directrices definidas por la Convención Marco de Cambio Climático.
En Chile al igual que en otros países del mundo, uno de los sectores productivos más vulnerables a los efectos del cambio climático, es el sector silvoagropecuario. Esta mayor vulnerabilidad no solo está determinada porque los efectos del fenómeno podrían tener implicancias severas en la seguridad alimentaria nacional, sino también porque a este sector económico se vinculan social, cultural y productivamente, grupos poblacionales ampliamente reconocidos por su mayor fragilidad, como son la agricultura familiar campesina (AFC), las mujeres rurales y los pueblos originarios.
En este contexto, hace unas semanas concluyó el primer proceso de consulta pública al cual convocó el Ministerio de Agricultura y que representó un enfoque inclusivo y democrático en la formulación de políticas, integrando las opiniones, preocupaciones y sugerencias de diversos actores, incluyendo agricultores, expertos ambientales, y la sociedad civil. Ya concluido este proceso, el Minagri está actualmente analizando las contribuciones recibidas para redactar el documento final.
El plan obtenido busca convertirse en una herramienta integral para hacer frente al fenómeno, no solo porque lo aborda desde cinco dimensiones estratégicas, como lo son: los recursos hídricos, los manejos técnico-productivos y tecnologías, el acceso a la información, la gestión de riesgos, de infraestructura y de equipamiento, y finalmente los ecosistemas naturales, incluyendo la implementación de condiciones habilitantes para dar sostenibilidad al proceso, sino, efectivamente, porque ha sido construido directamente con los representantes locales del sector silvoagropecuario, mujeres y pueblos originarios, protagonistas de la actual crisis climática. Desde su propia experiencia, se han recogido las principales problemáticas que las afectan y también las medidas y acciones que han ido adoptando para adaptarse al fenómeno.
Coordinado por la Oficina de Políticas y Estudios Agrarias (ODEPA), el plan incluye en su estructura sometida a consulta, 12 medidas y más de 60 acciones específicas y concretas, entre ellas, la implementación de prácticas de manejo silvoagropecuario adaptativas, la construcción de infraestructura hídrica y la promoción de la conservación de ecosistemas naturales. Todas estas medidas están diseñadas para ser implementadas entre 2024 y 2028, con un enfoque tanto nacional como territorial.
Plan Sectorial de Mitigación (PSM)
Paralelamente al Plan de Adaptación, el Ministerio de Agricultura está desarrollando una Estrategia de Mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes del sector silvoagropecuario, el denominado Plan Sectorial de Mitigación (PSM), es así que el 3 de febrero de este año se publicó en el diario oficial la resolución exenta 27 que aprueba el anteproyecto del plan, el cual estará disponible para observaciones en un proceso de consulta pública abierto a la ciudadanía por un plazo de 60 días hábiles, es decir hasta el próximo 16 de abril.
El anteproyecto detalla las medidas necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) sectoriales y así cumplir con el presupuesto de carbono asignado al sector en conformidad con la Estrategia Climática de Largo Plazo (ECLP) y la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) del país. Dentro de las medidas se incluyen, el uso de fertilizantes nitrogenados, manejo más sustentable de purines y acciones tendientes a reducir las emisiones de metano en ganadería, entre otras.
Ambos planes se actualizarán cada 5 años, con el objetivo de reflejar los cambios tecnológicos, costos y variaciones en el contexto de emisiones del sector, entre otras variables, de manera de establecer una estrategia efectiva, con mirada de futuro y sustentable en el tiempo.
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