El informe de perspectivas agrícolas de la Unión Europea (UE) 2024-2035 analizó las tendencias del mercado cárnico en la región, destacando ajustes en la producción de carne de cerdo y un crecimiento moderado en el sector avícola. Mientras que la carne de ave seguiría ganando espacio en el mercado, la industria porcina se adaptará a nuevas exigencias regulatorias y de sostenibilidad, manteniendo su relevancia en la cadena productiva. Estos cambios presentarán tanto desafíos como oportunidades para los exportadores chilenos de carne de cerdo y aves.
El mercado cárnico europeo enfrenta un escenario de cambios estructurales debido a la combinación de factores ambientales, normativos y de consumo. Las tendencias hacia una alimentación más sustentable y las normativas más estrictas están impactando la producción y el comercio de proteínas animales en la región. En este contexto, el informe de la Comisión Europea sobre las perspectivas agrícolas 2024-2035 analizó cómo estas variables influirán en la evolución del sector porcino y avícola en los próximos años.
Carne de cerdo
Según el análisis, la producción de carne de cerdo en la UE disminuiría un 0,5% anual hasta 2035, mientras que el consumo per cápita caería un 0,4% anual, llegando a los 30 kg por habitante. Precisamente la preocupación por la sostenibilidad, la regulación ambiental y el cuestionamiento de los sistemas de producción intensiva han generado una menor demanda. No obstante, la industria porcina europea se está adaptando a este nuevo contexto mediante mejoras en la eficiencia productiva y en la trazabilidad de los productos, con el fin de responder a las expectativas de los consumidores y garantizar su competitividad en el mercado global.
El informe también señaló que, pese a la baja proyectada en el consumo interno, las exportaciones seguirán siendo un pilar clave para la industria porcina europea. A medida que mercados como China, Filipinas y Vietnam recuperan su capacidad productiva, el Reino Unido se perfila como un destino estratégico para las exportaciones de la UE. Además, el desarrollo de nuevos productos derivados del cerdo, con certificaciones de bienestar animal y producción sustentable, podría abrir oportunidades en nichos de mercado especializados.
Otro aspecto relevante que identificó el estudio fue la presión sobre los costos de producción. El incremento en los precios de los insumos, en especial de los alimentos proteicos que se les da a los animales, afectará la rentabilidad del sector porcino. Esto podría derivar en una consolidación de la industria, con una reducción en el número de pequeños productores y una mayor participación de grandes conglomerados agropecuarios. Sin embargo, la adopción de tecnologías innovadoras y de prácticas cada vez más sostenibles permitirán a los productores europeos mantenerse competitivos a largo plazo.
Carne de ave
La producción de carne de ave en la UE en tanto, aumentaría un 0,5% anual hasta 2035, estimulada por su menor impacto ambiental y su percepción como una opción saludable y accesible. Las exportaciones también crecerían un 0,8% anual, con mercados clave como el Reino Unido, África subsahariana y algunos países asiáticos. La demanda de carne de ave en la UE seguirá siendo estable, pero con un cambio progresivo hacia productos con certificaciones de bienestar animal y sostenibilidad.
Aún así, la industria avícola también enfrentará desafíos importantes según el informe. La propagación de la influenza aviar podría dejar de ser un fenómeno estacional, lo que afectaría especialmente a los sistemas de cría al aire libre. Además, las restricciones al uso de antibióticos y los requisitos de bienestar animal podrían incrementar los costos de producción y limitar el crecimiento del sector. Ante este escenario, los productores deberán invertir en sistemas de bioseguridad más eficientes y en prácticas de manejo que minimicen el impacto de enfermedades y regulaciones más estrictas.
El informe destaca que el crecimiento del sector avícola estará impulsado no solo por el consumo interno, sino también por la consolidación de la carne de pollo como una de las principales proteínas en la dieta de los consumidores europeos. La diversificación de productos avícolas, incluyendo opciones orgánicas y de origen sustentable, jugará un rol clave en la expansión de este mercado en la próxima década.