A lo largo de las últimas décadas, el sector se ha caracterizado por su gran resiliencia al momento de enfrentar desafíos inesperados que pueden afectar la actividad. Enfermedades, crisis económicas, y contingencias políticas y sociales, son algunas de las situaciones que se han podido ir sorteando no exentas de dificultades, pero con resultados exitosos y que en 2022 se presentan juntas y vinculadas, poniendo a prueba la capacidad de respuesta y adaptación de toda una industria.
El contexto mundial actual se presenta con distintas dificultades para la industria porcina: inflación, elevados precios de las materias primas, conflictos políticos y sociales y enfermedades como la Peste Porcina Africana (PPA), se constituyen en retos a sortear, los cuales vinculados se vuelven aún más complejos, incidiendo directa o indirectamente en los costos de producción, estabilidad y proyección de la industria. Así, resulta clave analizar cómo cada uno afecta, de modo de mantenerse competentes, asegurando más y mejores mercados de destino para la carne de cerdo chilena.
“Nuestro gran desafío como industria será lograr adaptarnos a todos estos cambios, pero asimismo mantener nuestra estrategia de largo plazo de seguir desarrollando una industria cada vez más sustentable que siga aportando al desarrollado de nuestro país, siendo un motor de desarrollo en las zonas rurales”, señaló el Presidente de ChileCarne, Juan Carlos Domínguez, al momento de analizar los posibles escenarios.
A continuación, profundizamos en los aspectos claves a considerar para proyectar un panorama de la industria:
Inflación actual y proyectada
A nivel mundial se experimenta una inflación sin precedentes en lo que va de siglo. En abril de 2022 el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó que la tasa de inflación podría promediar en un 7,4% a nivel global este año. Se espera que las economías emergentes y en desarrollo registren un 8,7% de inflación, siendo las más golpeadas. En las economías más avanzadas, este porcentaje se situaría en un 5,7%.
En el Webinar “Quarterly Global Pork Outlook”, el destacado analista Brett Stuart, CEO de Global AgriTrends, resaltó que los índices globales de los alimentos suben desde el inicio de la pandemia a la actualidad, y que a pesar de que la carne es la que ha subido más lento, la de cerdo presentará un alza de precios este 2022.
Las restricciones impuestas en pandemia siguen dando lugar a la escasez de productos, debido a bajas producciones y confinamientos. Las interrupciones en traslados habituales, como son los puertos chinos, han aumentado los costos en traslados, lo que sumado al alza del precio del petróleo impacta directamente en el precio de los alimentos y otros productos.
Si hablamos de crecimiento, Brett destaca que las estimaciones globales para el 2023 son de un 3.6%, manteniendo lo que ocurrió en 2021 y muy distinto a lo ocurrido en 2019, cuando la estimación de crecimiento fue de un 6.1%.
Al momento de hablar del precio de la carne de cerdo, cabe destacar que Estados Unidos, México, la Unión Europea y Brasil tienen precios muy parecidos, siendo China quien tiene un precio mayor a ellos. Además, vale la pena considerar a México como un país estable y en crecimiento en cuanto a la exportación de carne de cerdo, en tanto Estados Unidos crece en importación de cerdo en general, principalmente desde Canadá.
El alza de las materias primas
Los precios de las materias primas continuarán muy elevados este año, debido a que se producirá poco y la demanda continuará en ascenso. El maíz y la soya presentan un futuro incierto: no hay certeza de conseguir sus exportaciones desde el Mar Negro. Adicionalmente, como el maíz se constituye en materia prima del biocombustible, aumentará su demanda haciendo aun más incierto su abastecimiento como alimento.
Por otro lado, y tal como destaca Brett Stuart, los fenómenos climáticos entregan un factor adicional de alza al precio de las materias primas. El analista resalta los efectos de fenómenos como “La Niña”, que genera gran sequía en América del Sur y veranos muy cálidos en Estados Unidos, aumentando el precio del maíz. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reportó un clima “impredecible y desfavorable” que causó reducidas cosechas.
Las réplicas mundiales de Rusia y Ucrania
El enfrentamiento entre estos países y las posteriores sanciones de la OTAN a Rusia, han generado consecuencias negativas en términos económicos. Hidrocarburos, granos y fertilizantes, han escaseado y aumentado su valor desde el inicio del conflicto a la actualidad. El CEO de Global AgriTrends señala que producto de la guerra, en la Unión Europea se está viendo una gran inflación en los precios de la comida, energía, fertilizantes y electricidad. “La guerra induce al aumento en los precios de los commodities”, señala.
En 2021, según datos del Banco Rabobank, Rusia y Bielorrusia representaron más del 40% de las exportaciones mundiales de potasa. Además, Rusia representó cerca del 22% de las exportaciones mundiales de amoníaco, el 14% de urea y cerca del 14% de las de fosfato monoamónico, todos ellos abonos importantes que hoy son difíciles de encontrar, generando altos costos y crisis en la base de la cadena de producción.
Peste Porcina Africana
La amenaza de brotes de PPA es constante. Brett Stuart destaca que ésta no es solo una situación que tiene en riesgo a Europa, por lo ocurrido en Italia o Alemania, ya que siempre se tienen casos aislados en otras zonas y no hay noticias claras sobre lo que ocurre en Haití o Republica Dominicana.
En el mismo sentido, Stuart destaca que lo importante es mantener estrictas medidas preventivas y analizar lo realizado por países que han vivido esta situación. Hay que prevenir pero a la vez estar preparados con planes de contingencia que estimen interrupciones del mercado, impactos en la industria, y determinen los posibles ajustes de precios y cantidad de animales que continuarían en producción.