En entrevista con ChileCarne, la Dra. Gabriella Ippolito, asesora de Asuntos Gubernamentales en Elanco Animal Health, organismo a través del cual brinda apoyo en asuntos de acceso al mercado y relaciones gubernamentales globales, entregó valiosa información para la industria de carnes blancas con respecto a la nueva reglamentación que comenzará a regir en Estados Unidos a partir del nuevo Plan Nacional de Acción para Luchar Contra Bacteria que Resiste a los Antibióticos de 2025 en relación al uso prudente y responsable de antimicrobianos. También la experta transmitió algunas claves y medidas para que las empresas chilenas productoras y exportadoras de carnes blancas tengan en consideración a la hora de implementar programas de medicamentos para animales.
A su juicio, ¿la nueva reglamentación en Estados Unidos que se aplicará a contar de 2025, ¿de qué formas contribuirá en el ejercicio de una mejor regulación? ¿En qué varía puntualmente respecto de la anterior reglamentación?
En 2025, tendremos un nuevo plan ante el Gobierno. En este momento la administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) está hablando con la industria de salud animal para ver cuáles antimicrobianos deberían ser específicamente para uso humano, por categorías de importancia. Eso debería estar terminado en 2023. Y la industria ha tenido un rol importante en todas estas conversaciones.
Acá en Estados Unidos se empezaron a crear regulaciones para luchar contra la Resistencia Antimicrobiana (RAM) en 2013, las que tuvieron efecto en 2017 y eso significó una guía para ayudar a la industria de salud animal a saber cómo utilizar antibióticos en un modo más sano y responsable. En consecuencia, ellos decidieron que aún no se podían utilizar antibióticos de importancia médica para, por ejemplo, la promoción de crecimiento.
¿Cómo se ha ejecutado el criterio de aplicación en el uso de los antimicrobianos?
Pues eso ya está hecho, y las compañías se han acostumbrado sin demasiados problemas. El cambio no ha sido tan rápido, es un proceso más lento, hay muchas conversaciones con la industria, por ejemplo, hoy estamos en consultas con la FDA, que deberían terminar en 2023, donde luego trabajaremos en conjunto para decidir sobre las diferentes categorías para los antimicrobianos.
En 2015, la FDA implementó la ley de modernización de seguridad alimentaria en donde se contemplaron nuevas reglas en el control preventivo para alimentación animal. Nos podría entregar más detalles sobre el cambio y cómo fue avanzando estos años.
Esto inicialmente, impactó a las compañías de piensos alimentarios más grandes. Estas tenían que cumplir con buenas prácticas de fabricación en 2016. Para las empresas más pequeñas, con menos de 500 empleados, tenían que cumplir en 2018 y las empresas aún más pequeñas, que ganan menos de dos millones quinientos mil dólares al año, tenían que cumplir en 2019. La mayoría de las fábricas más grandes ya tenían buenas prácticas de fabricación en efecto. Entonces, para ellos no fue un cambio tan drástico, no así para las empresas más pequeñas. Esta ley también se aplica a países fuera de los Estados Unidos. Sin embargo, mientras que en este país hay inspectores que deben visar las empresas con mucha frecuencia (cuatro veces al año aproximadamente), nosotros no mandamos inspectores a otros países, sólo fiscalizamos los piensos importados cuando llegan a Estados Unidos.
¿Y ustedes visualizan países que estén al nivel en el que están ustedes, es decir con ese nivel de rigurosidad?
La Unión Europea por supuesto, Japón, Reino Unido, Canadá, Suiza, Australia, y Nueva Zelanda, ellos hacen muchísimas inspecciones a las fábricas de piensos también.
¿Y han realizado encuestas para conocer a ciencia cierta la opinión del consumidor o cliente final?
Nosotros hicimos una encuesta para saber lo que le importaba más al consumidor, porque ahora nosotros vemos esas afirmaciones de producción sobre qué es orgánico, rango libre, si tiene o no antibióticos, y todo aquello que está permitido acá en los Estados Unidos. Nosotros en 2018, encuestamos a los consumidores sobre cuáles aspectos eran más importantes para ellos en relación a un producto. Si vas al supermercado a comprar carne, qué estás buscando finalmente, ellos contestaron que quieren comprar productos que tengan buen precio, buen sabor y que sean frescos. Y después preguntamos específicamente si les llamaba la atención que tengan hormonas o antibióticos y ellos reflexionaron, y sólo después de nuestra pregunta dijeron que sí, que eso también les importa.
Nosotros vimos que cuando hablamos específicamente de carnes sin antibióticos en 2016, el 53% de personas consultadas en la encuesta sostuvieron que sí les importaba y luego en 2018, volvimos a realizar la misma pregunta, esta vez el 50% respondió que ese aspecto les importaba. Entonces, podemos concluir que hubo una dismunución entre los dos años y sin embargo, no fue el asunto que más les importaba, se posicionaba después de los precios o de la frescura de un producto y solamente lo mencionaron cuando nosotros les preguntamos particularmente sobre eso. Hay una gran cantidad de claims en las campañas publicitarias (mensajes publicitarios). Las compañías aquí en Estados Unidos pueden usar el claim que estimen conveniente, siempre y cuando este esté documentado, bien explicado, y aprobado por la USDA, entonces la diversidad y cantidad de claims distintos es mucha y el consumidor recibe mucha información en el mercado de la carne.
A partir de lo que ha podido observar y analizar, ¿qué medidas debiesen tomar las empresas chilenas y a qué debiesen estar atentas para ir en línea con los nuevos requerimientos?
Los mismos temas de siempre, estar muy atentos a los límites máximos de carne para exportar a los Estados Unidos, asimismo cuando sean inspeccionados cuando lleguen acá ojalá los productos no tengan demasiados medicamentos veterinarios y como los límites máximos de los productos están en todas partes. Tienen que seguir buenas prácticas de fabricación para exportar piensos, que son un tema riguroso en este país. Y finalmente, deberían pensar en lo que le gusta al consumidor de hoy.
¿Podría entregarnos algunas recomendaciones o «tips» para que las empresas estén preparadas para estas nuevas regulaciones?
Pues a mí no me parece que en este momento tengan que prepararse demasiado, solamente seguir lo que está pasando, porque el sistema regulatorio en Estados Unidos no va a cambiar de manera abrupta, faltan algunos años, yo pienso, para prepararse y ver qué sucede. Y pueden estar siguiendo las tendencias del mercado, por ejemplo el mercado para cerdo: antibióticos al consumidor le importa muy poco en comparación con el mercado para pollo.
Referente al mercado para cerdo, ¿cuáles serían los grandes temas que están a la vanguardia y que a la gente sí le importan?
Al consumidor en el cerdo específicamente le importa; el cerdo convencional, hecho sin ningún tipo de claim, es el más popular y el que más se vende acá en Estados Unidos, tiene un mercado de 6,4 millones de dólares al año en este país, mientras que el cerdo que incluye llamados publicitarios, cuenta con un mercado de 82 mil dólares al año, entonces es mucho más pequeño. El mercado para el cerdo es más pequeño que el mercado para el pollo, que es la carne más popular y consumida en los Estados Unidos.