Es el evento deportivo más esperado y visto del año y también la celebración del consumo donde las alitas de pollo son las grandes protagonistas.
Chile se ha consolidado como el segundo mayor proveedor de pollo de Estados Unidos, enviando 46 mil toneladas anuales, de las cuales 19 mil corresponden a alitas. 4 millones de porciones de “chicken wings” chilenas se consumen durante el Super Bowl.
El próximo domingo 9 de febrero, el Caesars Superdome de Nueva Orleans será el epicentro del Super Bowl LIX. Los Kansas City Chiefs, liderados por Patrick Mahomes, intentarán hacer historia con un tercer título consecutivo enfrentando a los Philadelphia Eagles, que cuentan con la reciente incorporación del corredor Saquon Barkley.
Más allá del duelo en la cancha, este evento es una fiesta de consumo global, desde la exorbitante inversión publicitaria hasta la enorme demanda de alimentos. Como protagonistas indiscutibles, mientras millones de fanáticos se reúnen frente a la pantalla a ver cómo ambos equipos luchan por el trofeo, en sus mesas se sirven incontables alitas de pollo, muchas de ellas con origen chileno.
La megafiesta
El Super Bowl no es solo un partido de fútbol americano, sino un fenómeno cultural con una audiencia mundial de más de 120 millones de espectadores. Sus costos y altos precios son reflejo del poder económico que ostenta esta jornada. Sin ir más lejos, conseguir un ticket de entrada no es para cualquiera ya que los más económicos rondan los 5,000 dólares, mientras que los asientos mejor ubicados pueden superar los 30,000 dólares.
Es un evento sin precedentes en el mundo, y desde que en 1980 batió el récord de asistencia cuando más de 103,000 aficionados llenaron el Rose Bowl de Pasadena, California, su éxito no ha cesado.
Su espectáculo de medio tiempo, que dura sólo unos minutos, se ha convertido en una megafiesta en sí misma. Este año Kendrick Lamar liderará el show, llegando con dos Grammys recién ganados en febrero (Grabación del Año y Canción del Año), consolidándose como uno de los mejores raperos de su generación. También estará acompañado por SZA y Jon Batiste que interpretará el Himno Nacional.
Un dato curioso es que Lamar no recibirá pago alguno por su presentación, una práctica habitual en la NFL. Pero no es el único; en lugar de honorarios, los artistas reciben una plataforma inigualable, con un impacto inmediato en reproducciones de música y ventas de entradas para sus giras. Por ejemplo, después de su presentación en 2024, Usher experimentó un aumento de más del 50% en reproducciones de sus canciones en plataformas digitales.
En este espectáculo de tecnología e innovación audiovisual que ha transformado la final del fútbol americano, donde los artistas disparan exponencialmente sus éxitos, la publicidad también ha sido históricamente parte central. Un anuncio de 30 segundos durante la transmisión cuesta más de 8 millones de dólares, consolidando al Super Bowl como el espacio publicitario más caro del mundo.
Un placer deportivo y gastronómico
El Super Bowl no solo es el evento deportivo con mayor rating, también es una máquina de consumo masivo. En cada edición millones de fanáticos sintonizan el partido, siempre acompañados de ricas comidas y bebidas que convierten esta jornada en una auténtica fiesta gastronómica.
Las alitas de pollo, las reinas indiscutibles del menú alcanzarán cifras astronómicas este año. Se estima que en Estados Unidos se consumirán más de 1,450 millones de alitas (4 por cada ciudadano americano), lo que equivale a más de 360 millones de kilos. Si se alinearan una tras otra, darían la vuelta al planeta tres veces. Es un ritual que crece año tras año y en el que Chile juega un rol clave como proveedor de esta exquisitez.
El éxito de este producto durante el evento se debe principalmente a que su formato es ideal para los partidos ya que son fáciles de comer con las manos mientras se ve el juego, sin distraerse demasiado. Además, su variedad de sabores las hace únicas para cada gusto: desde las clásicas Buffalo hasta opciones BBQ, picantes o con miel.
Con el tiempo, las alitas se han convertido en una tradición del Super Bowl, pero no se consumirán solo en el estadio. Cerca de 48 millones de personas las pedirán a domicilio, junto con la pizza como las opciones preferidas.
Chile también juega la final
Localmente, el partido podrá verse a través de ESPN y Star+, y comenzará a las 8:30 p.m. hora local. Pero detrás de la transmisión, Chile y Estados Unidos tienen una historia sabrosa que contar ya que miles las alitas de pollo nacionales se han exportado al país norteamericano, sobre todo para la alta demanda durante el show.
Todo comenzó hace 27 años, cuando la carne chilena se abrió camino en el competitivo mercado estadounidense, comenzando con las exportaciones de pollo en 1998. Desde entonces, la presencia de este producto ha ido en ascenso, consolidando al país como un actor clave en la industria cárnica norteamericana.
En 2024, Estados Unidos importó 142 mil toneladas de pollo de las cuales 46 mil fueron chilenas. Esto posicionó a Chile como su segundo mayor proveedor, con una participación del 40% y generando un negocio de US$145 millones. Del total de toneladas chilenas, 19 mil correspondieron a alitas de pollo de las cuales 4 millones de porciones se consumen durante el Super Bowl. ¡Sin duda el producto estrella de este evento!
Más allá de las cifras, el impacto de la carne de ave chilena en el país norteamericano se traduce en un logro estratégico: ser el centro de una de las tradiciones gastronómicas más icónicas del Super Bowl. Ganen los Kansas City Chiefs o los Philadelphia Eagles, el sector avícola chileno ya tiene su propio triunfo asegurado: llevar su sello de sabor con carnes de clase mundial a la fiesta deportiva y gastronómica más grande de Estados Unidos.