Entre el 3 y el 5 de diciembre, Agrícola AASA realizó el Seminario de Fertirriego, con la también participación de expositores del Instituto de Investigación Agropecuario (INIA) y ChileCarne, donde se destacó el uso de efluentes porcinos para una agricultura sostenible.
Agrícola AASA llevó a cabo el “Seminario Fertirriego”, un encuentro que reunió a agricultores del Plantel Aguas Claras de la comuna de San Esteban de Los Andes, también de Melipilla y Nancagua, con expertos y autoridades para explorar soluciones sostenibles e innovadoras capaces de transformar la agricultura chilena frente a los desafíos del cambio climático y la eficiencia productiva.
En el evento que se desarrolló entre el 3 y 5 de diciembre, se abordó como tema central el fertirriego, una técnica que combina riego y fertilización. Esta práctica no solo permite optimizar el uso de agua y nutrientes, sino que también reduce costos y mejora la calidad del suelo, posicionándose como una solución clave para una agricultura más eficiente.
En el caso de Agrícola AASA, esta técnica ha sido integrada con éxito en sus operaciones locales, demostrando su potencial como modelo sostenible. Joelsi Vásquez, ingeniera agrónoma y responsable de gestión agronómica y biofertilización de AASA, y quien además coordinó el evento, explicó que “Para escalar el uso del digestato de purines de cerdo en la agricultura a gran escala, estamos implementando un enfoque integral basado en la innovación tecnológica y la alianza intersectorial. Agrícola AASA está adoptando tecnologías avanzadas para mejorar la calidad del digestato, haciéndolo más eficiente como fertilizante. Un ejemplo clave es el desarrollo de tecnologías que permiten su incorporación en sistemas de riego por goteo, facilitando su uso en cultivos de alto valor y optimizando su aplicación a gran escala”. Vásquez añadió que este método está diseñado para fortalecer la economía circular y promover una agricultura más eficiente y responsable.
Durante el evento, se exploraron los múltiples beneficios de los efluentes porcinos como parte de un modelo de economía circular. Este enfoque ha demostrado ser una herramienta eficaz para reciclar nutrientes esenciales y enriquecer los suelos con materia orgánica, beneficiando tanto al medio ambiente como a los agricultores. Daniela Álvarez, gerente de sostenibilidad de ChileCarne, explicó cómo estas prácticas están alineadas con los esfuerzos del gremio para promover una agricultura más responsable. “En ChileCarne estamos convencidos de que la utilización de digestatos, purines y guanos no solo es una práctica validada a nivel global, sino que también es esencial para avanzar hacia una agricultura más sostenible. Al reciclar nutrientes escasos y enriquecer nuestros suelos con materia orgánica, no solo mejoramos la producción de cultivos, sino que también contribuimos a la economía circular y reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero”, señaló.
Por otro lado, el análisis científico de los digestatos permitió a los asistentes comprender su impacto positivo en la salud del suelo y la productividad agrícola. Este biofertilizante fomenta ciclos biológicos beneficiosos y mejora la resiliencia de los cultivos frente al cambio climático, según los expertos.
Juan Hirzel, investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), destacó que: “En el largo plazo, la actividad agrícola nacional y también internacional será dependiente del ingreso de fuentes carbonadas como las enmiendas orgánicas, lo cual permitirá mantener y aumentar el potencial de rendimiento de los cultivos (sustentabilidad) y además generar una reducción en los costos de fertilización y manejo (sostenibilidad). El uso de digestatos será una enmienda orgánica y fuente de aplicación de nutrientes de bajo costo y alta disponibilidad, asociado a la creciente industria de carne de cerdo. Esto permitirá aumentar la actividad biológica benéfica del suelo, potenciar ciclos virtuosos entre raíces y microorganismos benéficos del suelo, y también mejorar la condición de sanidad y productividad de los cultivos”. Hirzel también subrayó la importancia de educar a los agricultores mediante capacitaciones y tutorías técnicas: “Para ilustrar a profesionales y agricultores respecto del uso correcto y responsable de enmiendas orgánicas como los digestatos, se requiere de capacitaciones, difusión de documentos técnicos y conocimiento sobre dosis adecuadas de nutrientes. Esto es clave para proteger la relación suelo-planta-atmósfera y la salud medioambiental, evitando excesos de nutrientes potencialmente contaminantes”.
El impacto económico del digestato fue otro de los puntos clave del seminario. Alejandro Gebauer, gerente de gestión y proyectos de Agrícola AASA, ofreció una perspectiva detallada sobre la circularidad de este recurso. Explicó que los digestatos provienen de los purines de cerdos, que a su vez se componen casi en su totalidad de productos vegetales, logrando cerrar un ciclo que devuelve estos nutrientes al campo de forma segura y eficiente. Según Valenzuela: “Los purines de cerdo se componen en casi un 100% de productos vegetales, por lo tanto, estamos de alguna forma dando circularidad, recirculando estos productos vegetales nuevamente al campo, que es de donde vienen. Por eso me gusta destacar que los productos que se utilizan en la producción de cerdo son inocuos, que no van a generar un problema en los suelos. A diferencia de los fertilizantes químicos importados, que tienen una alta huella de carbono y muchas veces no se aplican en el momento adecuado para las plantas, el digestato ofrece una fertilización líquida que se puede aplicar en los momentos en que la planta realmente lo necesita. Esto no solo mejora la eficiencia del uso de los nutrientes, sino que también reduce significativamente los costos para los agricultores y disminuye la huella de carbono del sector agrícola”.
Con un enfoque innovador y con la sostenibilidad en el centro, el Seminario Fertirriego de Agrícola AASA se consolidó como un espacio y excelente oportunidad para fomentar la innovación tecnológica y la sostenibilidad en la agricultura chilena, reuniendo a grandes expertos en torno a un tema tan relevante para el sector productor. El evento logró abordar desde diversas perspectivas los desafíos y oportunidades que enfrenta la agricultura chilena, destacando la importancia de la colaboración público-privada.
Este tipo de encuentros son fundamentales para fortalecer el sector productivo y las relaciones entre las empresas asociadas de ChileCarne y las autoridades públicas y técnicas, porque potencian soluciones que no solo benefician a la industria, sino que también impulsan el desarrollo de comunidades agrícolas y refuerzan el compromiso del país con la sostenibilidad.