Esta medida, que comenzará a regir en octubre, coincide con la migración de aves desde el hemisferio norte, lo que eleva la importancia de fortalecer los controles sanitarios en el país.
En respuesta a las observaciones planteadas durante una auditoría realizada por autoridades chinas en febrero de este año, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), en estrecha colaboración con el sector avícola chileno, anunció una actualización significativa del Programa de Vigilancia de Influenza Aviar.
El programa, operativo desde 2004, se centra en la detección temprana de enfermedades exóticas como la influenza aviar y Newcastle, las cuales representan una amenaza para el comercio internacional de productos avícolas. Tras la auditoría china, se identificó la necesidad de ampliar los esfuerzos de muestreo, tanto en el sector industrial como en el de traspatio, lo que llevó a un acuerdo entre el SAG y la industria avícola chilena para incrementar los muestreos en un 20%.
La actualización del programa no es solo una respuesta a las recomendaciones internacionales, sino también el resultado de un trabajo conjunto y coordinado entre las autoridades regulatorias y los principales actores de la industria avícola chilena. Este esfuerzo colaborativo tiene como objetivo reforzar los estándares de calidad y seguridad, pilares fundamentales para mantener la competitividad de los productos nacionales en mercados altamente exigentes como el chino.
Representantes del SAG y de la industria han subrayado la importancia de esta colaboración, la cual permitirá fortalecer la confianza en los estándares de calidad y seguridad de los productos nacionales y facilitar la competitividad en el mercado global, La actualización del programa se considera un paso clave para la reapertura del mercado chino, un destino estratégico para las exportaciones avícolas de Chile.
Con la implementación de la nueva fase del programa en octubre, el trabajo conjunto entre el SAG y el sector avícola continuará siendo fundamental para fortalecer las capacidades de vigilancia, proteger la sanidad avícola del país y asegurar la posición de Chile en el comercio global. Esta iniciativa reafirma el compromiso de ambos sectores por garantizar productos de calidad y libres de riesgos sanitarios, clave para mantener la competitividad en un mercado internacional cada vez más exigente.